1. JACOBO, siervo de Dios y del Señor Jesucristo, á las doce tribus que están esparcidas, salud.
2. Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando cayereis en diversas tentaciones;
3. Sabiendo que la prueba de vuestra fe obra paciencia.
1. HERMANOS míos, no tengáis la fe de nuestro Señor Jesucristo glorioso en acepción de personas.
2. Porque si en vuestra congregación entra un hombre con anillo de oro, y de preciosa ropa, y también entra un pobre con vestidura vil,
3. Y tuviereis respeto al que trae la vestidura preciosa, y le dijereis: Siéntate tú aquí en buen lugar: y dijereis al pobre: Estáte tú allí en pie; ó siéntate aquí debajo de mi estrado:
1. HERMANOS míos, no os hagáis muchos maestros, sabiendo que recibiremos mayor condenación.
2. Porque todos ofendemos en muchas cosas. Si alguno no ofende en palabra, éste es varón perfecto, que también puede con freno gobernar todo el cuerpo.
3. He aquí nosotros ponemos frenos en las bocas de los caballos para que nos obedezcan, y gobernamos todo su cuerpo.
1. ¿DE dónde vienen las guerras y los pleitos entre vosotros? ¿No son de vuestras concupiscencias, las cuales combaten en vuestros miembros?
2. Codiciáis, y no tenéis; matáis y ardéis de envidia, y no podéis alcanzar; combatís y guerreáis, y no tenéis lo que deseáis, porque no pedís.
3. Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites.
1. EA ya ahora, oh ricos, llorad aullando por vuestras miserias que os vendrán.
2. Vuestras riquezas están podridas: vuestras ropas están comidas de polilla.
3. Vuestro oro y plata están corrompidos de orín; y su orín os será en testimonio, y comerá del todo vuestras carnes como fuego. Os habéis allegado tesoro para en los postreros días.