¿Enseñaron Jesús o los apóstoles sobre el diezmo?

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La práctica del diezmo, dar una décima parte de los ingresos a la iglesia, es un tema que ha generado mucha discusión y debate entre los cristianos. Para entender si Jesús o los apóstoles enseñaron sobre el diezmo, es crucial profundizar tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, así como en el contexto en el que se practicaba el diezmo en tiempos bíblicos.

Contexto del Antiguo Testamento

El concepto del diezmo se origina en el Antiguo Testamento, donde se instituyó como un medio de apoyo al sacerdocio levítico y al templo. Levítico 27:30 dice: "El diezmo de todo producto del campo, ya sea grano del suelo o fruto de los árboles, pertenece al SEÑOR; es sagrado para el SEÑOR." De manera similar, Números 18:21 declara: "A los levitas les doy todos los diezmos en Israel como herencia a cambio del trabajo que realizan mientras sirven en la tienda de reunión." El diezmo era una parte integral de la Ley Mosaica, sirviendo como un sistema de apoyo para los líderes religiosos y la vida de adoración de la comunidad.

Jesús y el Diezmo

Cuando nos dirigimos al Nuevo Testamento, encontramos que Jesús menciona el diezmo, pero sus referencias a menudo están dentro de un contexto más amplio de crítica a los líderes religiosos de su época. En Mateo 23:23, Jesús dice: "¡Ay de ustedes, maestros de la ley y fariseos, hipócritas! Dan la décima parte de sus especias: menta, eneldo y comino. Pero han descuidado los asuntos más importantes de la ley: la justicia, la misericordia y la fidelidad. Debían haber practicado esto, sin descuidar aquello." Aquí, Jesús reconoce la práctica del diezmo pero enfatiza que no debe hacerse a expensas de principios más importantes como la justicia, la misericordia y la fidelidad.

De manera similar, en Lucas 11:42, Jesús dice: "¡Ay de ustedes, fariseos, porque dan a Dios una décima parte de su menta, ruda y todas las demás hierbas del jardín, pero descuidan la justicia y el amor de Dios! Debían haber practicado esto sin dejar de hacer aquello." Nuevamente, Jesús no abole la práctica del diezmo, pero la coloca dentro del contexto más amplio de una vida justa y amorosa.

Los Apóstoles y el Diezmo

Los apóstoles, particularmente Pablo, no ordenan explícitamente el diezmo en sus escritos. En cambio, se enfocan en los principios de generosidad y dar con alegría. En 2 Corintios 9:7, Pablo escribe: "Cada uno debe dar según lo que haya decidido en su corazón, no de mala gana ni por obligación, porque Dios ama al que da con alegría." Este versículo destaca la importancia de la actitud detrás de dar en lugar de un porcentaje específico.

En 1 Corintios 16:2, Pablo aconseja: "El primer día de cada semana, cada uno de ustedes debe apartar una suma de dinero de acuerdo con sus ingresos, ahorrándola, para que cuando yo venga no se tengan que hacer colectas." Aunque esta instrucción no especifica un diezmo, sí fomenta el dar regular y planificado según los medios de cada uno.

El Principio de la Generosidad

El Nuevo Testamento cambia el enfoque de un requisito legalista del diezmo a un principio más amplio de generosidad. Este cambio es evidente en pasajes como Hechos 4:32-35, donde los primeros cristianos compartían sus posesiones y recursos libremente: "Todos los creyentes eran uno en corazón y mente. Nadie consideraba suya ninguna de sus posesiones, sino que compartían todo lo que tenían... No había personas necesitadas entre ellos."

Este compartir comunitario refleja el corazón de la donación cristiana, que está arraigada en el amor y la preocupación por los demás. El énfasis está en satisfacer las necesidades y apoyar a la comunidad en lugar de adherirse a un porcentaje estricto.

El Diezmo en la Tradición Cristiana

A lo largo de la historia cristiana, la práctica del diezmo ha evolucionado. Los primeros padres de la iglesia como Ireneo y Tertuliano no enfatizaban el diezmo como un requisito para los cristianos, enfocándose en cambio en la donación voluntaria. Sin embargo, en el período medieval, el diezmo se institucionalizó más dentro de la iglesia.

En tiempos más recientes, varias denominaciones cristianas tienen diferentes enseñanzas sobre el diezmo. Algunas, como ciertas tradiciones evangélicas y pentecostales, sostienen el diezmo como un mandato bíblico, mientras que otras, incluidas muchas denominaciones protestantes principales, enfatizan la donación proporcional y voluntaria.

Aplicación Moderna

Para los cristianos contemporáneos, la cuestión del diezmo a menudo se reduce a la convicción personal y las enseñanzas de su comunidad de fe particular. Aunque el Nuevo Testamento no manda un porcentaje específico, los principios de generosidad, dar regularmente y apoyar el trabajo de la iglesia y las necesidades de los demás son claros.

En términos prácticos, muchos cristianos encuentran el diezmo una guía útil para sus donaciones. Puede servir como una forma tangible de priorizar a Dios en sus finanzas y contribuir a la misión de la iglesia. Sin embargo, es esencial recordar que el corazón de la donación cristiana no se trata de cumplir un requisito legalista, sino de responder a la gracia de Dios con gratitud y generosidad.

Conclusión

En resumen, aunque Jesús reconoció la práctica del diezmo, la colocó dentro del contexto más amplio de la justicia, la misericordia y la fidelidad. Los apóstoles, particularmente Pablo, enfatizaron el dar con alegría y generosidad en lugar de un porcentaje específico. El Nuevo Testamento anima a los creyentes a dar según sus medios y con un corazón alegre, reflejando el amor y la gracia que han recibido de Dios.

En última instancia, ya sea que uno elija diezmar o dar de otra manera, el objetivo es apoyar el trabajo de la iglesia y las necesidades de los demás, encarnando el espíritu generoso y amoroso de Cristo. Como cristianos, estamos llamados a vivir vidas marcadas por la generosidad, no por obligación, sino por un profundo sentido de gratitud por todo lo que Dios ha hecho por nosotros.

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